Cómo transformar una casa difícil de vender en la casa que todos quieren

El pasado otoño se nos planteó un reto interesante. Unos clientes que nos venían recomendados por una amiga vinieron a vernos a la oficina. Tenían un chalet para vender en un terreno rústico en una población cercana a Valencia. Necesitaban ayuda, llevaban varios años intentando venderlo sin éxito. Tras explicarles nuestra forma de trabajar accedieron a que fuésemos sus asesores. Al día siguiente fuimos a verlo y entendimos la razón por la que no se vendía. Tanto el terreno como la construcción de la casa eran fantásticos, pero ambos estaban muy deteriorados, abandonados, hasta el punto de tener grafitis y puertas rotas por las que accedían jóvenes para montar fiestas siempre que querían. Estas son las fotos de lo que encontramos cuando fuimos a verlo.
Nuestra primera reacción fue «lo sentimos, no podemos ayudaros», «no podemos ponerlo a la venta en este estado, ni hacer visitas sin saber lo que nos íbamos a encontrar dentro». Insistieron en que querían venderlo, así que nos pusimos manos a la obra y preparamos un informe de las actuaciones que había que hacer en su propiedad y el plan de marketing que íbamos a seguir para su venta.
Cuando nos reunimos con ellos para ponernos en marcha, quedaron sorprendidos, entendieron perfectamente que era necesario hacer todo lo que les proponíamos, y que haciéndolo como decíamos iban a conseguir venderlo. El problema es que no querían invertir ni un euro más, prefiriendo venderlo por menos. No accedimos a hacerlo de esa forma, principalmente por los temas de seguridad, y rescindimos el contrato.
Los propietarios nos contactaban periódicamente para insistir en que querían venderlo y querían que fuésemos nosotros quien lo gestionásemos. Finalmente accedimos a hacerlo, llegando a un acuerdo por el cual nos encargamos nosotros a hacer la inversión necesaria para la venta.
Después de 3 semanas con un equipo de trabajo yendo todos los días. Este fue el resultado.
Además hicimos un proyecto de reforma en el cual estaba el plano original de la vivienda. Tres propuestas de mejora y tres presupuesto en función de las calidades. También infografías para que las personas interesadas pudiese ver cómo quedaría la casa una vez terminada.
Lo sacamos a la venta anunciándolo por internet y a través de publicidad en la zona. Organizamos una jornada de puertas abiertas, y ese era el primer día en el que se podía visitar, no antes. Se creó mucha expectación, hasta el punto que tuvimos que adelantar a las personas interesadas toda la documentación para pasarnos sus propuestas de compra. Nos llegaron muchas ofertas de gente que lo había visto por fuera, incluso de extranjeros que ni siquiera lo habían visto.
Conseguimos venderlo el día de la jornada de puertas abiertas a un precio mayor del publicado.
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